Marbella ofrece experiencias únicas que no solo se desarrollan en Puerto Banús o La Milla de Oro. El casco antiguo de la ciudad mantiene ese gusto de los pueblos andaluces con sus paredes blancas de reluciente cal y sus macetas plagadas de flores. Calles estrechas y angostas que invitan a perderse con el aroma de las flores y la cuidada limpieza de un entorno lleno de pequeños comercios, restaurantes y lugares en los que disfrutar del particular estilo de vida de la zona.
El pequeño pueblo pesquero de Marbella
A través de las diferentes puertas que dan salida a la antigua ciudad amurallada y gracias a las distintas plazas que se intercalan en el casco histórico, Marbella se sitúa frente al mar para descubrir y disfrutar lo mejor del Mediterráneo. Un pasado en el que la minería de carbón y las explotaciones agrícolas, marcaban el paisaje. Marbella aún mantiene una identidad intacta a pesar de años de recibir visitantes de todas las nacionalidades. La plaza de los naranjos se abre imponente ante nuestros ojos con sus diferentes estaciones, brindando al lugar un encanto especial. Ese sabor andalusí que aún se mantiene en sus fuentes, en sus bancos y en los edificios y monumentos que rodean la zona.
Un pueblo andaluz cosmopolita
Un paseo por el casco antiguo de Marbella nos muestra rápidamente la historia de la ciudad. Un pequeño pueblo pesquero que se ha convertido en centro neurálgico de la una comunidad multicultural que mezcla sin complejos vecinos, residentes temporales y visitantes de todos los puntos del planeta. Por aquí han pasado fenicios, romanos, visigodos y musulmanes en un sinfín de idas y venidas de culturas y tradiciones diferentes.
Un clima privilegiado para experiencias únicas
La cercanía del pico de la Concha hace del casco antiguo un lugar ideal. Incluso en los meses de más calor, las calles estrechas ayudan a disminuir la sensación térmica, propiciando a los visitantes espacios frescos y gastronomía de todo el mundo, en un lugar que combina los negocios más tradicionales con propuestas ancladas en la vanguardia en una localidad pesquera. El estilo de vida en Marbella, es especial. Esa sensación de pertenencia invade a cualquier persona que pise sus calles y plazas. Muchas Marbellas que conviven bajo la mirada atenta de la historia.
Orígenes históricos del pueblo de Marbella
La historia de Marbella se remonta a siglos con yacimientos del Paleolítico, termas romanas como Las Bóvedas cuando la ciudad era conocida como Salduba o el indudable paso de la cultura árabe-andalusí. Con la conquista de los Reyes Católicos en 1485, la entrega de las llaves de la ciudad se hizo ante una cruz que se guarda en un pequeño templete de la capital, la Cruz del Humilladero. A partir de ese momento el pueblo abandonó la zona amurallada para extenderse por todo el entorno. De zona siderúrgica con los primeros altos hornos de España hasta 1931, el área se destinó más tarde a la agricultura con gran relevancia del azúcar y la remolacha, y cómo no, a la pesca. En esos años, los marbellís no se bañaban en el mar hasta que la Virgen del Carmen no bendecía sus aguas a mitad de julio. A partir de los años 40 comienza a desarrollarse un incipiente trasiego de gentes de todo el mundo, gracias a la familia Hohenlohe que dio a conocer la zona a las más variadas personalidades, dando forma al mítico viaje de lujo al paraíso del conde Rudi y el Marbella Club.
Un recorrido singular por el casco histórico
El casco antiguo de Marbella esconde experiencias únicas en sus estrechas calles. Desde hoteles boutique a comercios con encanto y espacios gastronómicos de diversa naturaleza. Una variedad que marida perfectamente con la cantidad de influencias culturales que lleva recibiendo la zona desde hace siglos.
Hoteles boutique de lujo
Para vivir la experiencia única que nos ofrece el casco histórico de Marbella, nada mejor que alojarse en uno de los hoteles boutique del grupo La Ciudadela. Edificios con historia, rehabilitados con gusto para mantener intacta la memoria de la ciudad. Pocas habitaciones dotadas de los mejores servicios y pensadas para disfrutar una experiencia diferente a las que ya ofrece la zona, como las villas privadas o los resorts de lujo. Una forma diferente de visitar esta ciudad en cualquier época del año. Con solo 27 kilómetros de costa, Marbella es un lugar fácil de recorrer con vehículos propios o de alquiler, pero también es una ciudad que invita a caminar por el extenso paseo marítimo. El casco antiguo, más alejado de la Milla de Oro y Puerto Banús, se convierte en un lugar idílico y lleno de historia. La Ciudadela quiere mantener vivo ese espíritu de un casco histórico con identidad propia en el que la cultura local y el visitante, se encuentran. Un intercambio continuo que, sin embargo, no pierde la esencia que hace inconfundible a esta zona de Andalucía.
Experiencias únicas en el centro de Marbella
Otra de las experiencias únicas que ofrece el casco antiguo de la ciudad es el salpicado de negocios de restauración en los que podemos encontrar todo tipo de gastronomía, comercios de lo más variado y pequeños rincones llenos de belleza. Sin embargo, ese arraigo a la tradición y su capacidad para acoger lo nuevo, hacen de este enclave un lugar único. Desde el desayuno a la cena, el casco antiguo de Marbella te ofrece muchas posibilidades.
El mejor desayuno: la tradición marbellí de los churros
La churrería Ramón es uno de los negocios más antiguos de Marbella. Se fundó en una primera ubicación en la Plaza de los Naranjos en 1941. Todavía hoy, los descendientes del fundador continúan con la tradición de freír churros de rosco en cualquier época del año. Una masa aireada y crujiente que el visitante puede mojar en rico chocolate, acompañar de un café o disfrutar con un jugo natural y recién exprimido, sin azúcares añadidos. Sin duda, el mítico Ramón es la churrería por excelencia en Marbella desde su fundación y una de las delicatessen de esta zona. Diferentes a las porras madrileñas o a los conocidos churros de papa, ya que la masa que elaboran diariamente y desde hace años, es uno de los secretos de su éxito.
Un atelier cerámico en pleno casco histórico
Tras un paseo por las estrechas calles del centro buscando experiencias únicas, nos encontramos con un pequeño comercio de artesanía local. Ana Ortiz lleva algunos años trabajando la cerámica con diversas técnicas de acabado para crear piezas únicas. Con una gama de colores cuidada y potenciando la investigación de los materiales, esta escultora de formación, cuenta con un atelier en el centro de Marbella, ubicado en la Calle Huerta Chica. Un motivo más para pasearse por el casco antiguo y descubrir con tranquilidad cuál de las numerosas piezas expuestas en sus estanterías es la que mejor se adapta a cada estilo.
La cocina andaluza como objetivo
Una vez escogida la cerámica y con la digestión del rico desayuno tras el paseo, llega el momento de un pequeño aperitivo. Situado en la preciosa calle Carmen, La Niña del Pisto es uno de esos negocios pegados a la gastronomía andaluza. Con aires de taberna cordobesa, ofrece una selección de la mejor cocina con salmorejo, flamenquines o la ensaladilla rusa, se convierte en el lugar perfecto para tomar un vermut, un moscatel o uno de los grandiosos vinos de la D.O.P. Málaga acompañado de alguna tapa.
Experiencias Únicas con el AOVE
Tras un buen vino, llega el momento de visitar un espacio dedicado al AOVE. El aceite de oliva virgen extra, uno los ricos alimentos de Andalucía, que tiene su templo en este pequeño comercio. Ubicados en la Calle Ancha, esta tienda cuenta con innumerables tipos de aceite. D’Oliva es una de esos lugares que debes visitar en el casco histórico. Sus especialidades, producidas por ellos y envasadas en latón, ofrecen sabores tan sugerentes como albahaca con tomate seco. Cuentan con variedades pensadas para los más pequeños como el aceite de oliva con sabor a palomitas. En pocos metros cuadrados, D’Oliva ofrece catas de aceites, dividiéndolos en función de distintas tipologías como la aceituna de la que proceden, pero también según los procesos o las aromatizaciones, puesto que el mundo del aceite de oliva es tan extenso como el de la cultura del vino Merece la pena conocerlo.
Pescaíto frito y el mejor marisco
Para vivir una experiencia única con los productos del mar, nada mejor que pasarse por el Altamirano. En mitad de la céntrica plaza de los naranjos se encuentra uno de los lugares más míticos del casco histórico. Pegados a los productos de mar, cuidando los detalles y con un fondo futbolero indudable. Altamirano, es un negocio familiar en el que disfrutar de su maravillosa vitrina llena de cigalas, gambas, doradas, merluzas, chocos o chopitos. Una variedad que consiguen casi sin esfuerzo por la gran cantidad de productos que ofrece el Mediterráneo a través de las cinco lonjas que surten a los restaurantes de la Costa del Sol. Altamirano es un referente en la cultura local de Marbella, por el que han pasado todo tipo de clientes. Viajeros de todo tipo que vuelven a disfrutar de los manjares que Salvador y su familia ofrecen cada día con la mejor de las sonrisas.
Comercios con esencia propia
Tras el maravilloso almuerzo, seguimos el recorrido por el casco histórico en la tienda Vintage Deja vu que lleva desde el año 96 ubicada en la calle Pedraza de Marbella. Es un espacio cuidadosamente trabajado y con una estética que te transporta con solo atravesar sus puertas. Escaparates llenos de moda de primeras marcas y arte, seleccionado con exquisito gusto. Trabajan con artículos de lujo de segunda mano y objetos vintage de todo tipo. Han conseguido crear un espacio con identidad propia entre las callejuelas del casco antiguo en el que encontrar ropa, complementos, decoración y arte.
Cocina gourmet en pleno casco histórico
Una de las experiencias únicas de Marbella, es la gastronomía. A escasos metros uno de otro y en este enclave privilegiado, puedes encontrar dos ofertas muy interesantes para disfrutar de la cena: el dos estrellas Michelin Skina y el restaurante Thaissence en la Calle Ancha, que forma parte de los hoteles boutique de La Ciudadela. Dos claras apuestas por el intercambio entre la cultura local y la visión más cosmopolita de la ciudad a través de la cocina.
Alta gastronomía marbellí
El Thaissence es uno de esos espacios que promete dar mucho que hablar. Desde la cocina tailandesa a la peruana, sin dejar de lado las amplias raíces de la gastronomía española, todo maridado con una interesante bodega que mezcla los vinos de la serranía malagueña con los más selectos blancos y tintos del territorio nacional e internacional. Una apuesta por una cocina de influencias, pero con una base clara en los productos de temporada y cercanía. Su entrada en la Guía Michelin como uno de los mejores restaurantes de cocina marbellí, lo convierten en un lugar de visita obligada.
Dos estrellas Michelin en un lugar con encanto
El casco antiguo de Marbella da para muchas experiencias únicas, como por ejemplo la visita al dos estrellas Michelin de Marcos Granada, sumiller de formación y propietario del restaurante Skina. Situado en la Calle Aduar, el Skina se centra en la gastronomía gourmet de la zona llevando los ricos ingredientes que ofrece la provincia de Málaga hasta la máxima expresión para crear una alta cocina andaluza con total respeto al producto. Sin lugar a dudas, una buena forma de cerrar el día en el casco antiguo de una de las ciudades más cosmopolitas y abiertas del Sur de Europa, que a pesar de todo sigue anclada a sus ricas raíces.
