Con 320 días de sol al año, la Costa del Sol presume de tener un invierno primaveral. Las suaves temperaturas, te permitirán aprovechar tu estancia para pasear por la playa, comer en una terraza junto al mar o salir de compras. Si eres de los que disfrutan del turismo rural, acércate a descubrir los encantos de la Málaga interior, con sus pueblos blancos llenos de tradición, gastronomía y paisajes sorprendentes.
El privilegiado clima de Málaga invita a recorrer sus 28 espacios naturales donde poder practicar deportes al aire libre en pleno invierno. Un entorno ideal para hacer senderismo, escalar montañas o surcar sus ríos en piragua.
Podrás perderte por los bosques de pinsapos de la Sierra de las Nieves o adentrarte en la prehistórica Cueva de la Pileta. Además, una variada red de alojamientos rurales a los que no les falta detalle, te están esperando para que completes tu experiencia en el interior de la provincia.
Tierra de contrastes
Málaga es una tierra de contrastes que se acentúan en invierno. Mientras la costa goza de las cálidas temperaturas, la nieve tiñe de blanco la alta montaña. Para presenciar este espectáculo natural, una buena opción es visitar los neveros del Puerto de los Ventisqueros.
Si prefieres el turismo urbano, la capital de la Costa del Sol te reserva una agenda repleta de interesantes propuestas. El Festival de Teatro y los ciclos de música se alternan con actividades de ocio y visitas culturales a sus museos, iglesias y centros de exposiciones, donde la variada oferta cultural será del gusto de cualquier visitante.
Repartidos por toda Málaga, los centros de ocio son la mejor alternativa para divertirse en familia. Zoológicos, acuarios, circuitos de karting y hasta un teleférico te esperan en Benalmádena, Fuengirola o Estepona. Incluso podrás patinar sobre hielo cerca el mar.
Agenda de interior
El interior de la provincia, te propone experiencias sensacionales inspiradas en sus tradiciones, como la Fiesta de las Migas de Torrox o la procesión de la Virgen de los Rondeles de Casarabonela entre muchas otras. No pierdas la oportunidad de comer en una antigua posada de diligencias del siglo XVIII o sentarte en una típica venta ante un apetitoso plato de los montes, experiencias gastronómicas que no te dejarán indiferente.
En febrero el Carnaval caldea el ambiente en la Costa del Sol con desfiles, pasacalles y su ambiente festivo. Buenos ejemplos de estas fiestas, son el Carnaval de Málaga o el de Nerja y, uno muy especial, el de Alozaina, donde la harina es la protagonista y no como ingrediente culinario. Te llevarás un grato recuerdo.