Un buen marinero debe cuidar siempre su embarcación como oro en paño, intentando aumentar la durabilidad de todos sus componentes. En ese sentido, un buen mantenimiento de las velas mejorará su rendimiento, aspecto y vida útil.
La duración de una vela depende de varios factores: el material con que ha sido fabricada, el clima de la zona por la que navega, la hora del día y la época del año, el roce con otros elementos del barco, etc. Se estima que la duración aproximada de una vela es de 10 años, aunque este tiempo puede alargarse, especialmente variando la exposición al sol, sin duda el factor más dañino para las velas.
¿Qué hacer para mantener tus velas en el mejor estado?
- Evitar el sol en la medida de lo posible. La estructura molecular del poliéster se degrada de forma exponencial por la radiación ultravioleta, mucho más que por estar sometidas a esfuerzos o a fuertes vendavales.
- Lavar las velas con agua dulce como mínimo una vez por temporada. Un simple lavado con jabón de pH neutro y posterior aclarado evitará que la sal marina acelere el desgaste y se creen hongos.
- Evitar estibar las velas cuando estén húmedas, ya que esto debilita las costuras y dobleces.
- Arreglar con urgencia cualquier descosido. Analizando los cortes existentes, puedes restaurar la vela alargando su duración en el tiempo.
- Recoger las velas cuando no se navegue durante un tiempo prolongado. Aunque parece evidente, son multitud de personas las que dejan a la intemperie sus velas durante todo el invierno. Éstas deben recogerse en sus sacos, no solamente con la banda de protección solar.
- Emplear una adecuada tensión en la driza en función de la fuerza del viento, consiguiendo siempre la eliminación de las arrugas horizontales sin excederse, puesto que podemos deformarlas.
Y no olvides, que si visitas en barco la Costa del Sol, dispones de siete puertos deportivos para atrancar.