Málaga es una ciudad milenaria estrechamente unida al Mediterráneo. Del mar llegaron las antiguas civilizaciones que dejaron su legado en estas tierras y del mar proceden los productos que dan fama a su gastronomía. De ahí que tan típico como el Castillo de Gibralfaro o la Alcazaba sea el pescaíto, símbolo de la cocina de la ciudad.
Un placer que no te puedes perder es el de disfrutar de una comida en los chiringuitos repartidos por los catorce kilómetros de playa de la ciudad. Por su privilegiado clima, la mayoría de estos restaurantes permanecen abiertos todo el año.
Característicos del litoral de Málaga son también los espetos de sardinas. Ensartado en cañas, el pescado se asa al calor de las brasas adquiriendo un inconfundible sabor. Una barca llena de arena hace de parrilla improvisada, dándole a la costa malagueña, un perfil único y característico.
Cocina marinera
Si el pescado es el protagonista de la gastronomía de Málaga, el boquerón victoriano es el rey. Frito en manojos con aceite de oliva o acompañado de calamares, salmonetes y chopitos, es el producto estrella de los restaurantes de la ciudad.
El antiguo barrio de pescadores de Pedregalejo es uno de los mejores lugares donde comer el típico “pescaíto”. Sus restaurantes situados frente al mar, ofrecen la auténtica fritura malagueña junto a otros platos como la ensalada malagueña, la ensaladilla de pimientos o las berenjenas fritas con miel de caña.
Tapeo en Málaga
Málaga es una ciudad ideal para dejarse llevar por la “cultura del tapeo”.
Con un centro histórico peatonal y fácil de abarcar, monumentos como la Catedral, el Teatro Romano o el Museo Picasso, se van intercalando con bares, tabernas y restaurantes de todos los estilos.
Terrazas, bodegas, mesones, restaurantes de cocina tradicional o moderna, nacional o internacional, de pie o sentado, etc… la variedad y la cantidad es muy extensa y siempre con el ambiente animado y distendido que caracteriza esta ciudad.
Propuestas culinarias
Junto al centro de Málaga, el Puerto y el Muelle Uno, se han convertido en uno de los nuevos lugares de referencia gastronómica y comercial.
Con una de las mejores vistas de la ciudad y enclavado junto al mar, es una auténtica delicia pasear por el llamado Palmeral de las Sorpresas y sentarse en cualquier terraza de los muchos restaurantes que llenan el Muelle Uno, donde la oferta es amplia y variada, incluyendo uno de los restaurantes con Estrella Michelín de la provincia.
Málaga sorprende por su geografía montañosa tan pegada al mar, teniendo como pulmón verde de la ciudad el declarado Parque Natural de los Montes de Málaga, donde poder ir a las conocidas “ventas”. Restaurantes con un carácter propio, donde comer el tradicional plato de los montes, con huevos fritos, lomo, morcilla, chorizo y migas acompañados de vinos dulces de elaboración artesanal.