Ocurre a veces en Andalucía que cuando nos visitan viajeros de nuestro propio país, pueden sentirse como unos guiris al no comprender muchas palabras autóctonas.
Esto ocurre también en la Costa del Sol, y especialmente en el léxico gastronómico. No te preocupes. Para convertirte en un malagueño de los pies a la cabeza, te definimos algunos términos culinarios que te vendrán de perlas a la hora de comer en la provincia.
No te vayas sin desayunar un pitufo (no, no tienes que comerte uno de esos personajes de color azul), ¡a ver si te vas a quedar esmallao! (Es decir, hambriento para que lo entiendas…).
- Amasquillo: para el resto de España el fruto del albaricoque.
- Campero: Bocadillo típico de jamón york, queso, lechuga, tomate, mayonesa y cualquier cosa que entre en un mollete (un pan glorioso). Son una seña de identidad gastronómica local popularizado en los años ochenta.
- Chícharo: posee otras denominaciones como arveja, guisante o, más científicamente, pisum sativum. Entiéndelo como quieras, pero aquí en la Costa del Sol mejor hablemos de chícharos.
- Gazpachuelo: ¡atención, esto no se trata de una variante del gazpacho! El gazpachuelo es una deliciosa sopa de pescado de una sencillez prodigiosa: huevo, aceite, sal, patatas, merluza o pescada. Tienes que probarla, su sabor es increíble.
- Mitad: café con leche de toda la vida, pero así nos entendemos por aquí.
- Nube: si te afecta la cafeína y lo que quieres es poder dormir e ir a las nubes así es como debes pedirlo: una nube. Se trata de poco café y mucha leche. También conocido en otros lugares de España como avellanado, manchado…
- Pitufo: el desayuno malagueño por excelencia. Denominado así por los populares personajes de dibujos. Se trata de un pan menor que la viena entera pero mayor que la media viena. ¡El tamaño perfecto! Suele pedirse un pitufo mixto, que lleva jamón cocido, queso y mantequilla.
- Sombra: si la nube se nos queda corta de café, y la mitad demasiado cargada, lo tuyo es la sombra: dos dedos de café y el resto de leche.
- Tejeringos: elaborados con harina, agua, sal y aceite son los churros de toda la vida, tejeringos en Málaga, y también en Cádiz.