Si es verdad que al corazón se llega por el estómago, la Costa del Sol te conquistará. Y no sólo por su rica gastronomía, también por sus incomparables rincones para disfrutar de la tradición culinaria con los cinco sentidos. Acompáñanos a seis de los restaurantes más singulares de Málaga y déjate seducir por el sabor y el encanto.
Aromas de la Serranía de Ronda
Gaucín es conocido como el Balcón de la Serranía y no por capricho, sino por sus formidables panorámicas. ¿Quieres comprobarlo? Siéntate en el patio del Hotel La Fructuosa. Desde este lugar podrás divisar el Estrecho de Gibraltar y hasta el continente africano, mientras te deleitas con las exquisiteces de su restaurante, ubicado en un lagar de vino.
Sin salir de la comarca de Ronda, pero ya en Benalauría, encontrarás una almazara del siglo XVIII que alberga el Mesón Rural La Molienda. Tan apetecibles como su carta de platos tradicionales son las vistas que ofrece su terraza al Valle del Genal y su cuidada decoración. Todo lo necesario para envolverse de la atmósfera de la Málaga serrana.
Vino para acompañar
Productos frescos y naturales procedentes de un huerto ecológico propio. Esos son los principales ingredientes en los que se basa la cocina del Cortijo Casa Rural La Cañada del Sacristán. Rodeado de paisajes agrestes, este singular establecimiento de Villanueva del Rosario posee además una bodega capaz de satisfacer los paladares más exigentes.
Otra alternativa para los amantes de la enología es acercarse hasta la Antigua Venta San Antonio de Casarabonela. Su selecta carta de vinos está a la altura de sus propuestas culinarias y su esmerada ambientación. Y es que cada rincón de esta histórica posada de diligencias está adornado con motivos que nos remiten al mundo campestre.
De lo rural a lo urbano
Pocos restaurantes pueden presumir de tener su propio museo. Y el Caserío de San Benito es uno de ellos. Concebido para dar a conocer las costumbres populares, este restaurante situado en una casa cortijera es una apuesta segura para probar los sabores de la comarca de Antequera. De ahí que en su menú no falte la porra o el bienmesabe.
Ya en pleno corazón de Málaga capital te espera la Bodega el Pimpi, que ocupa un antiguo caserón del siglo XVIII junto al Teatro Romano, la Alcazaba y el Museo Picasso. Tomar un vino y unas tapas en la Sala de Barriles contemplando las botas de crianza firmadas por ilustres personalidades es toda una experiencia.