Hoy viajamos hasta una de las aldeas más misteriosas y recónditas de la provincia de Málaga: El Acebuchal. Perteneciente al término municipal de Cómpeta y situada a muy pocos kilómetros de la encantadora villa de Frigiliana, esta diminuta población fue en otros tiempos refugio de los maquis, por lo que fue desalojada por las autoridades españolas y abandonada a su suerte durante la época franquista. Cincuenta años después, El Acebuchal (Málaga) fue restaurado por la familia García Sánchez, que ha convertido este lugar en un enclave único para disfrutar del turismo rural.
El Acebuchal: el pueblo fantasma de Málaga
El Acebuchal, junto a Frigiliana, está situado en una zona privilegiada, justo en el corazón del Parque Natural Sierras de Tejeda, Almijara y Alhama. La aldea de El Acebuchal fue fundada en el siglo XVII. Se encuentra en una ruta de arrieros entre Granada y Málaga. Aquí paraban los comerciantes que estaban de paso para descansar. Las actuales casas rurales de El Acebuchal fueron, en los años 40, refugio de los maquis, el grupo guerrillero antifranquista. Por ello, la Guardia Civil optó por desalojar toda la aldea, quedando completamente abandonada durante varias décadas. Sus casas, olvidadas, quedaron en ruinas, sin agua ni electricidad. Esto le valió el sobrenombre de ‘pueblo fantasma’ o ‘pueblo perdido’.
Vuelta a la vida
Tras 50 años de letargo, en 1998, El Acebuchal comenzó a despertar de su letargo. Antonio García ‘El Zumbo’ y Virtudes Sánchez habían soñado durante toda su vida con hacer renacer El Acebuchal. Por eso, comenzaron a reformarlo muy poco a poco. Sin agua ni electricidad hasta 2003, podemos hacernos a la idea de esta titánica labor. Actualmente, Antonio es el gerente y cocinero del bar-restaurante El Acebuchal, cuyo servicio y comidas son fantásticos. Además, Antonio y su familia gestionan más de una decena de alojamientos rurales en El Acebuchal.
Con el tiempo, otras familias de Frigiliana que también tenían raíces en El Acebuchal, siguieron el ejemplo de Antonio y su familia, restaurando viejas casas familiares. Otros adquirieron las que había disponibles. Y todos ellos, siguieron una arquitectura común que respetara la tradición andaluza. Actualmente, hay más de una treintena de casas rehabilitadas, con fachadas blancas encaladas y flores de colores colgando de sus ventanas. Muchas de esas viviendas son en la actualidad casas rurales en El Acebuchal, que se alquilan a los turistas que llegan hasta este enclave para desconectar y disfrutar de la calma de este lugar único. También destaca en el pueblo una pequeña capilla consagrada a San Antonio, donde se han celebrado algunas bodas y bautizos.
Un viaje al pasado andaluz
Pasear por las calles de El Acebuchal es sin duda una experiencia que nos lleva a viajar hasta el pasado. Es muy habitual ver burros y mulas paseando por sus calles. Otro dato importante es que en la aldea no hay señal de televisión (solo se ve por satélite) ni telefonía, por lo que, si quieres comer o alojarte allí, deberás llevar dinero en efectivo, ya que no es posible el pago con tarjeta.
Tres décadas después de que la primera vivienda fuera rehabilitada, El Acebuchal rebosa toda la vida y alegría que la posguerra le arrebató. Disfrutar de un delicioso desayuno arriero o de un suculento almuerzo a base de carnes de caza, son solo algunos de los privilegios que nos brinda este peculiar destino. La calma, el silencio, y el extraordinario entorno natural que rodea El Acebuchal, lo convierte en un lugar privilegiado para una escapada de lo más relajante.