Ronda
Este es el caso de Ronda, cuyo casco histórico, declarado Bien de Interés Cultural, concentra gran parte de los monumentos y casas señoriales de la localidad.
El casco antiguo, de reminiscencias árabes y trazado medieval, se dispersa al sur del río Guadalevín, que cruza la ciudad dividiéndola en dos con el famoso Puente Viejo sobre el Tajo. En la zona antigua, encontramos varias iglesias y monumentos de gran belleza, como son la Iglesia del Espíritu Santo, la de Santa María la Mayor o los baños árabes.
Pasear por sus tranquilas calles admirando las casas solariegas y palacetes como los de Mondragón y del Marqués de Salvatierra o la Casa del Moro, es un auténtico placer para la vista.
Antequera
En Antequera, las calles que rodean al castillo recuerdan el origen árabe de la localidad. El resto está ordenado en calles espaciosas, decoradas en muchas esquinas con capillitas y retablos.
Su centro histórico reúne muchos edificios religiosos y civiles que justifican el calificativo de ciudad monumental.
Iglesias como la colegiata de Santa María La Mayor, la iglesia de San Zoilo o la de San Agustín del siglo XVI, nos enseñan el rico pasado renacentista de Antequera.
Entre los edificios civiles destaca el castillo, en la parte alta del pueblo y los palacios, la mayoría de los siglos XVII y XVIII, que muestran al visitante, el pasado noble de esta localidad.
Frigiliana
En la comarca de la Axarquía, el casco antiguo de Frigiliana, de origen morisco - mudéjar, es uno de los mejor conservados de la provincia y está declarado como Conjunto Histórico Artístico. Sus encaladas casas del Barribarto, son un claro ejemplo de pueblo blanco andaluz.
El visitante, creerá al pasear por sus blancas y empinadas calles que el tiempo se ha detenido, que se ha transportado a épocas pasadas donde no hay prisas y solo se respira tranquilidad y armonía.
Genalguacil
Este pequeño pueblo, situado en la Serranía de Ronda, conserva todo el encanto de los pueblos serranos del interior de la provincia de Málaga, rodeado además, de grandes zonas de bosques de castaños.
A sus estrechas y empinadas calles y a sus casas bajas, encaladas y adornadas con alegres flores, se une el encanto que le da el ser un museo al aire libre, pudiendo descubrir en cualquier rincón del pueblo, una de las maravillosas esculturas protagonistas de los Encuentros de Arte de Genalguacil.