Situada a 32 kilómetros de Málaga, Fuengirola es hoy uno de los destinos preferidos de los turistas que vienen a la Costa del Sol, gracias al importante desarrollo de sus infraestructuras. La ciudad fue en el pasado un gran pueblo pesquero y, aunque en las últimas décadas Fuengirola ha experimentado un gran cambio, ese carácter marinero permanece aún en sus calles, en sus gentes y, cómo no, en su cultura gastronómica. Junto a Cocina en Origen y Samuel Perea, viajamos a Fuengirola buscando el origen de una receta excepcional hecha por un cocinero criado en la mar. Hablamos de las famosas gambas al ajillo del chef Pablo Sánchez: pura tradición con un toque diferente.
Fuengirola es una ciudad abierta al mar donde conviven en armonía 132 nacionalidades distintas y que amanece cada día con el espíritu de compartir todo lo que tiene. Sus amplias playas ofrecen un valor seguro de tranquilidad y descanso. Pasear apaciblemente bajo la luz y la sombra de sus calles, degustar su variada gastronomía con sabor a mar y sentir el calor de sus gentes es un auténtico privilegio.
Samuel Perea y el cocinero Pablo Sánchez visitan la lonja de Fuengirola, donde cada día, pescaderos y cocineros se encuentran para realizar las subastas de pescado: calamaritos, cigalas, sargos, sardinas o pulpo... y, por supuesto, las sabrosas gambas blancas de Fuengirola.
Pablo Sánchez es un joven cocinero, heredero de la cocina de lonja y barca. Toda su familia ha estado dedicada al mar en todas sus acepciones, y él siguió sus pasos cocinando cada día en “Los Marinos José”, un peculiar establecimiento que lleva abierto desde hace más de treinta años. Pablo y su familia han conseguido la cadena perfecta, pues además del restaurante, son propietarios de un barco con el que cada día salen a pescar, y así es como consiguen que su pescado sea siempre fresco, ya que pasa directamente del mar a la cocina.
Receta de gambas blancas al ajillo
- Con las gambas blancas que acabamos de comprar en la lonja, seleccionamos las de mayor tamaño, les quitamos el caparazón, dejando las cabezas, y reservamos.
- Cortamos los dientes de ajo en láminas, ponemos una cazuela de barro al fuego, añadimos un buen chorreón de aceite de oliva virgen extra y las láminas de ajo y la guindilla.
- Sofreímos y vamos removiendo y, a continuación, agregamos las gambas.
- Añadimos un toque de sal y dejamos cocinar tan solo unos segundos.
- Retiramos del fuego y ¡listas para comer!
Milhojas con mousse de crema pastelera y fruta fresca
Como señala Samuel Perea, “una comida sin postre es como un jardín sin flores. Por eso, Cocina en Origen visita también el obrador de Cati Schiff, una de las mejores reposteras de España, para que nos enseñe a preparar el postre perfecto para finalizar una comida especial en Fuengirola: milhojas con mousse de crema pastelera y fruta fresca.
- Lo primero que hace Cati es el “pastón”, la masa previa para hacer el hojaldre. Pone harina de fuerza con mantequilla y sal, añade el agua, amasa todo bien y la deja reposar un rato.
- Una vez reposada, la pasa por la máquina y le da cinco vueltas. Este será el hojaldre que utilizará una vez cortado en láminas, caramelizado y horneado para montar el postre.
- Para preparar la crema pastelera, ponemos un cacillo al fuego con leche y nata que aromatizaremos con vainilla.
- Aparte, preparamos “la carga” mezclando azúcar, fécula, leche y las yemas de huevo.
- Una vez hierva la leche, depositamos “la carga” y removemos bien hasta que espese y dejamos enfriar. Luego terminamos la mousse con una parte de crema pastelera, gelatina y nata semimontada.
- Rellenamos las dos capas inferiores con la mousse y la capa superior con nata semimontada ligeramente azucarada y se decora con macaron, fruta fresca y flores comestibles.
Después de estas deliciosas gambas blancas al ajillo y este espectacular postre, una buena idea para bajar la comida es disfrutar de un paseo junto al mar Mediterráneo por Fuengirola. Respirar su refrescante brisa y contemplar el alegre paisaje que nos regala esta localidad es un auténtico placer para los sentidos. Si buscas unas vacaciones a pie de playa, sin el ajetreo de las grandes ciudades, pero con todos sus servicios, ¡te recomendamos que compruebes todo lo que puede ofrecerte Fuengirola!