Del mar a la montaña: un recorrido por los rincones más singulares de Málaga

 Tags: Naturaleza

Si buscas lugares únicos para vivir experiencias fuera de lo convencional, Málaga reúne rincones singulares que te encantarán. Estas son algunas de las sorpresas que te depara la Costa del Sol, escondidas entre idílicos paisajes y sitios históricos.


Desde la sierra hasta los oasis del interior

En pleno Torcal de Antequera se alza un árbol tan majestuoso como excepcional. Es el Arce de Montpellier, que invita a descansar bajo su sombra a quienes se adentran en este insólito paraje natural plagado de esculturas rocosas labradas por la naturaleza.

Aún más imponentes son el Castaño Santo de Istán y el Pinsapo de las Escaleretas de la Sierra de las Nieves. Acercarse a estas joyas botánicas supone viajar en el tiempo a través de dos reliquias vivas, pero también disfrutar del senderismo y la aventura.

Opciones hay muchas. Desde perderse por el Bosque de Quejigos de Parauta hasta bañarse en las aguas del Barranco Blanco de Coín. Este último enclave es uno de los oasis de la Málaga interior, junto al Charco Azul de Jubrique o Charco del Moro que da la bienvenida al Cañón de las Buitreras.

Estampas marítimas y deportes acuáticos

¿Prefieres los paisajes marítimos? La Costa del Sol cuenta con rincones muy especiales frente al Mediterráneo. Un buen ejemplo es Punta Chullera, un cabo de Manilva con pequeños acantilados y calas de ensueño donde resulta fácil conectar con el entorno.

Siguiendo la franja litoral, en Marbella encontrarás las Dunas de Artola. Catalogadas como Monumento Natural, sus arenas finas y doradas se extienden hasta la playa de Cabopino, famosa entre los aficionados al nudismo. Además, en la zona se levanta la Torre de los Ladrones, que recuerda el paso de romanos y árabes por estas tierras.

Ya en la Axarquía te esperan los Acantilados de Maro-Cerro Gordo, un paraje ideal para practicar el submarinismo o navegar en kayak. Surcando sus aguas llegarás hasta la Cascada Grande, cuyo torrente se vierte al mar tras una caída de 15 metros.

Singularidad cargada de historia

La mayoría de los rincones singulares de la Costa del Sol son obra de la naturaleza. Sin embargo, la actividad humana también ha contribuido a la creación de lugares únicos. Hablamos del Castillo de Gibralfaro y la fortaleza de Turón, el Torreón de Benalauría o la Basílica Mozárabe de Bobastro, situada cerca del Desfiladero de los Gaitanes.

Algunos, como la Necrópolis de las Aguilillas en Campillos, tienen su origen en la prehistoria. Mientras que otros, como la Noria de la Agusadera en Cuevas Bajas o la Estupa Budista de Benalmádena, nos trasladan a los siglos XIX y XX. ¿Te animas a descubrirlos?

  
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